¿Meros
Instrumentos o reales construcciones de pensamiento?
Autores: Monereo, Carles y Pozo, J.I
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Editorial: Morata, Madrid 2008, ISBN
978-84-7112-819-4
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Reseña de artículo: “El alumno en entornos virtuales:
condiciones, perfiles y competencias.”
El
artículo “El alumno en entornos virtuales: condiciones, perfiles y competencias”
a cargo de Monereo Carles y Pozo, J.I, pertenece a la obra “Psicología de la
educación virtual”, editada por Morata en 2008. Los autores problematizan a lo
largo de la obra en torno a la construcción que permiten y habilitan los
entornos virtuales. Colocan en el centro de la reflexión el impacto que las TIC
ejercen en la psicología de la educación, con un alcance que complejiza el
entorno social de los y las estudiantes en sus campos de desarrollo, el
aprendizaje colaborativo como herramienta metodológica posible o las finalidades
de los campos de saber que se transmiten en las aulas.
El
capítulo cuarto propone una mirada pormenorizada en torno a la construcción que
los estudiantes realizan en su vínculo cotidiano con la virtualidad, interrelacionando
los materiales tecnológicos con sus propios trayectos educativos, el mundo y el
conocimiento. Los autores problematizan estas instancias partiendo de la base
que contrariamente a lo que usualmente se piensa, no es la edad el punto que actúa como barrera para conocer y manejar estas
herramientas, sino la brecha socio cognitiva en el uso de las TIC, y es en este
sentido que la realidad de las aulas propone una mixtura entre docentes que se
encuentran sumamente familiarizados con las tecnologías y otro grupo de
docentes que vive “a espaldas” de la digitalización y en consecuencia, a
espaldas de sus alumnos. Esta problematización que coloca a la irrupción de las
herramientas digitales en el centro de la escena, explicita en la voz de los
autores que los estudiantes echarán mano a los aprendizajes digitales fuera de
la escuela indefectiblemente, y de esta manera la institución correo riesgo de
alejarse de la realidad de las comunidades estudiantiles.
Los autores proponen que la virtualidad ha modificado
sustancialmente las instituciones básicas de la sociedad, el mundo del trabajo,
la familia o la relación de los sujetos con el aspecto social, donde los
espacios son mucho más amplios e imprevisibles. Esta transformación también
propone cambios manifiestos en las aulas, modificando ejes cruciales como la
concepción del espacio, el tiempo y la sincronicidad.
Los estudiantes así mismo generan diversas estructuras en torno a
la comprensión de acuerdo a que sean o no nativos digitales, y varían también sus
preferencias en torno al uso de diversos recursos como las webcam, o los weblog.
Es necesario en el caso de los docentes, emigrantes digitales, comprender con
claridad que las lógicas que se emplean los alumnos en el uso de estas
herramientas varían la concepción que posee la forma tradicional de transmisión:
en las redes, frente a la recopilación de información o datos, la validación del
conocimiento se basa en la reputación que obtiene quien produce el conocimiento
en la red, en una jerarquización o credibilidad que le brindan el resto de los usuarios. Las convenciones que se adoptan al escribir
en medios digitales, en vínculos coloquiales, (chats) son semejantes a las que
se adopta el lenguaje oral, y es por esta causa que adquiere la lógica de la informalidad,
revalorizando el regreso a las formas orales de comunicación.
Dado que las TIC modifican las formas de aprender también deben
modificar las formas de enseñar; es en este sentido que se configura una nueva
modalidad para repensar el mundo y la relación que podemos establecer los
docentes con el conocimiento. Las formas de representación que podemos
incorporar a través de estas herramientas nos permiten también ampliar nuestras
propias habilidades cognitivas. En esta clave, las herramientas digitales permitirían
promover diferentes formas de percibir nuestro entorno, dado que la realidad se
muestra igual, pero puede percibirse de manera diferente, lo cual habilita múltiples
perspectivas para entender la realidad o vivir inclusive realidades diferentes.
La mirada en torno a las adaptaciones de estas herramientas coloca
la necesidad de contrastar informaciones y dialogar con los datos recabados contraponiéndolos
con la realidad, a fin de evitar un realismo epistemológico limitado; por lo
tanto, el acceso a diversas fuentes que permiten los dispositivos debe ser el
eje para evaluar la información recabada.
Esto posiciona a los docentes en un claro rol de articuladores del
aprendizaje, proponiendo así mismo que la escuela debe posicionarse como
creadora de redes sociales que articulen, sostengan y protejan a los
estudiantes en el uso correcto de las TIC.
El desarrollo de estos temas es coronado con un glosario propuesto
por los autores que enriquece y profundiza su mirada con breves reseñas de las
obras citadas en el cuerpo del artículo.
Esta perspectiva que proponen Monereo y Pozo, nos invita a problematizar
del uso de las herramientas digitales en la enseñanza, las posicionan como una realidad
ineludible e interpela a los docentes en su incorporación y uso, permitiendo a
través del recorrido de numerosos autores visibilizar una construcción de
pensamiento devenida de la irrupción de la era digital en las aulas, que para llegó
para quedarse.
21/10/2020
ESTUDIANTES
COMO PROTAGONISTAS DE LA VIRTUALIDAD
Autores:
Sancho, Teresa: Borges Federico, en Gros Salvat
Editorial:
Editorial UOC, Barcelona (2011) ISBN: 978-84-9788-406-8
La
visión vertida en el apartado “El aprendizaje en el entorno virtual y su
protagonista: el estudiante virtual”, a cargo de Teresa Sancho y Federico Borges,
corresponde al volumen “La educación y retos de la educación virtual” publicado
por UOC.
Posiciona
pormenorizadamente la situación y las características del estudiante en
entornos virtuales, inicialmente a través de una narrativa situada de un estudiante
que como muchos encara la educación virtual por primera vez, a través de un
curso que le presenta internamente numerosos e inéditos desafíos como conocer y
familiarizarse con las plataformas que detallan el curso y a su vez conocer códigos
y procedimientos, es decir asumir que aquellos esquemas conocidos no son
suficientes para la resolución de las nuevas propuestas a las que se enfrenta. El
comienzo implica enfrentarse a la asincronía en la comunicación, migrar
paulatinamente desde el soporte papel al soporte virtual, adecuarse a la autogestión
en fechas y desarrollo de recorridos propuestos.
Innegablemente
acercarse a los entornos virtuales implica adquirir conocimientos y habilidades
que son propias de esta modalidad, lo que también implica por parte de los
docentes, adecuar el contenido de las materias, tener en cuenta el perfil de
los estudiantes y articular otros recursos metodológicos que no necesariamente
se relacionan con la transmisión tradicional.
Los
desafíos en torno a metodologías diversas también conciernen a los estudiantes,
dado que no es suficiente únicamente ser competente en herramientas digitales,
requiere un rol socialmente activo para armar con otros estudiantes una
comunidad enriquecedora para el proceso propio y del conjunto, y asumir una
actitud pro activa en el aprendizaje, dado que la distancia no tiene que ver con
el aislamiento, sino que cada estudiante aprende a su tiempo y que ese tiempo
puede no coincidir grupalmente. El proceso metacognitivo que pueda realizar cada
estudiante cobrará centralidad, como también paulatinamente adquirir competencias
que no se adquieren simultáneamente y se usan a la vez, sino alcanzar distintas
habilidades en las competencias según el momento y la necesidad.
En
este sentido los autores enuncian que, en los entornos virtuales de la educación
a distancia, el papel del estudiante es central en el desarrollo de la autonomía
y el rol docente cambia su perspectiva pasando a ser un guía y un apoyo.
La
elección de la formación virtual permite la asincronía y articular realidades
de estudiantes que, a criterio de los autores, han variado sus perspectivas económicas,
tecnológicas y también sus expectativas sociales, experimentando cambios del
paso de una sociedad pos industrial a una sociedad red, que requiere la formación
continua no soalmente en las etapas formativas del inicio sino en forma
continua.
En
palabras de los autores. quien se forme según las necesidades cambiantes, quien
pueda tratar con otras personas, y sepa encontrar lo que necesita para avanzar,
podrá ser un ciudadano de éxito en el S XXI.
22/1072020
Analia